Soy mujer
Somos transformadoras y transmutadoras intelectuales, biológicas, artísticas, sustentadoras o arrebatadoras, gestoras o gestantes, faros o linternas.
Somos dueñas del poder del cambio, dueñas del poder de gobernar los ritmos simultáneos con arte y los recursos con justicia.
Llenas y vacías, crecientes y menguantes, guerreras y tejedoras, diosas y humanas.
Somos poderosas, valientes, resilientes, líderes, adaptables, colaboradoras.
Libres. Nuestras.
NADA NI NADIE PUEDE DESTRUIR A LA MUJER.
Somos la Tierra que todo lo genera, sostiene la vida que se inicia, que se renueva, que termina y se transforma, que sepulta lo inservible.
El Agua que da vida y arrastra los escombros recolocando el mundo.
El Fuego de la risa, de la pasión y del deseo.
La sutileza de la brisa de Afrodita y la fuerza desbocada del dolor del huracán Medusa.
Somos los brotes tiernos de la renovación y las raíces viejas y profundas de la sabiduría. Las flores. Las ramas y maderas aparentemente resecas por las que fluye la savia de la vida..
Somos el carbón simple que da energía, esperándote en el fondo de la sima y el transparente diamante, forjada bajo presión esperándote en el fondo del laberinto más oscuro.
Somos. Estamos. Aquí y Ahora. Siempre.
Porque todas somos necesarias.
Los frutos siempre son el resultado de la unión de lo Femenino y lo Masculino.
Cuando las Mujeres, nos reconciliamos con nosotras mismas, con nuestra esencia y nuestro Sol masculino interior, y los Hombres se reconcilian con el germen de lo femenino, de su Luna en su interior, «todos» mujeres y hombres, vivimos reconociendo que somos personas y todas necesarias, somos valiosas, compañeras, complementarias, sin miedo, libres, felices.
Somos el espejo donde se miran hijas e hijos, y ¿qué reflejo estamos dando?
Aún muchos países tienen políticas pésimas y castigadoras para la mujer que es víctima de abuso, de todo tipo de violencia, de represión, aislamiento, negación.
Aún en muchos países ser mujer es una lacra y obliga a una vida de sumisión, anulación y aceptación callada de la tortura de vivir con miedo cada día.
¡NO NOS CALLAMOS!
A todas, lo que corresponde. Vivamos ni debajo ni encima: a la par.
Es cuestión de comprender, que cuando una mujer se anula o reprime o es anulada, sea como sea, algo en ella se va apagando y enferma.
Cuando una mujer es obligada a la renuncia y la sociedad lo permite, el mundo se resquebraja.
LA MUJER: ENFERMA A CAUSA DEL SIGLO XXI.
Soledad, maltrato, depresión, ansiedad, fatiga crónica, fibromialgia, miedo, frustración, cáncer, autoinmunidad, endometriosis, inseguridad, quistes mamarios y ováricos, infertilidad, desilusión, lucha excesiva, defensa excesiva, sensibilidades múltiples varias, etc. son varias de estas afecciones.
Enferma de falta de sí misma. Enferma de tirar de sí misma. Agotada por defenderse, por demostrar. ¿Demostrar? ¿Qué? ¿Que valemos? ¡Valemos!
En el siglo XXI, ¡basta ya! Reconocimiento, Igualdad, Seguridad, Conciliación.
Sólo unidos, todos, mujeres y hombres, lo podremos conseguir.
Mujer, te propongo algunas ideas para cuidarte especialmente:
(Si tienes dudas, no dejes de escribir. Sabes que el servicio profesional especializado y técnico recibe las preguntas y personalmente las contesto, si quieres saber más sobre mí, o quién es la Dra. Nuria Lorite Ayán haz clic)